Su nombre es Ángel Contreras. Nació un 4 de mayo de 1969 y hoy cuenta con 44 años. ¿Qué vida lleva Ángel? Tiene hambre, frío, calor y, sobre todas las cosas, soledad, que comparte con su fiel perra a la que llama Picha. Es de color negro con manchas marrones; está delgada ya que él no puede alimentarla bien. Ella pasa todo el día a su lado. Ángel duerme cada noche en una ex estación de servicio abandonada, situada en calle Rivadavia esquina Chacabuco. Se encuentra ocupada por un lavadero de autos. Ángel tiene su propio ángel, es Alberto, un vecino. Don Iván, otro vecino, le provee alimentos a Ángel a cambio del barrido de su vereda, trabajo que Ángel hace con gusto. ¡No miremos para otro lado! Nos preocupemos, pero por sobre todas las cosas, nos ocupemos. Es nuestro hermano y nos necesita. Y mediante esta oportunidad que nos brinda LA GACETA de hacer pública su triste realidad, podemos conseguir muchas cosas. Ángel necesita un hogar, una cama donde dormir, una mesa donde comer; es por todo esto que pedimos a las autoridades que tomen cartas en el asunto, y que toda alma solidaria haga algo por Ángel. Él es un hombre desnutrido, con barba, con falta de higiene, tiene lastimadas las piernas por falta de atención médica. Se cubre los tobillos y pantorrillas con cartones que él recolecta por las calles y además tiene un marcapasos en el corazón. En esta situación podría amanecer muerto por el frío que soporta. Por eso pedimos que trasladen a Ángel a un geriátrico de la ciudad de Tafí Viejo donde recibirá la atención que merece cualquier persona en su situación. Porque si no nos hacemos cargo, después lamentaremos las consecuencias.

Alberto, el alma protectora
• Su nombre es Alberto. Este señor es el que le consigue ropa a Ángel. Cuando lo entrevistamos nos comentó que él le corta el cabello y lo higieniza de vez en cuando nomás porque debido a su problema neurológico a veces se pone agresivo. Le cura las heridas porque tiene diabetes y si no las desinfectara se infeccionarían. Contó que hasta hace poco a Alberto le estuvo sacando gusanos de su pierna izquierda y Ángel se puso mal y tuvo fiebre. Don Alberto consiguió que lo lleven al hospital Obarrio. Ahí lo iba a visitar y le llevaba máquinas de afeitar, jabones y otros elementos. También nos dijo que Ángel posee una pensión de la que él ni idea tiene, porque le cobra el hermano pero no le da nada; mucha gente y vecinos de la ex estación de servicio nos dijeron que cuando  murió el padre de Ángel, su hermano lo corrió y se quedó con la pensión y con la casa. Ángel quedó a la deriva. Además los vecinos nos comentaron que fueron a la policía, a Bienestar Social, y hasta hablaron con el intendente pero todo quedó en la nada, y lamentablemente, Ángel sigue en la calle.